Aunque estamos acostumbradas/os oír hablar de esta infección cutánea relacionada con su aparición en el cuerpo femenino, normalmente desconocemos que también puede aparecer en hombres.
De mismo modo, solemos pensar que las zonas más comunes son muslos, abdomen, piernas, rodillas y brazos, lo cierto es que la celulitis también puede aparecer en otras zonas de nuestro cuerpo, como es el área del rostro y concretamente, en el perímetro del contorno de ojos y siendo un poco más específicas, en el globo ocular.
La zona donde esta afección suele presentarse, se muestra con un aspecto claramente inflamado y con un tono rojizo, además suele estar caliente al tacto y con frecuencia, notaremos cierta molestia y dolor.
Esta afección, comúnmente se sucede en nuestros tejidos debido a que a través de una fisura o rotura en la piel, algunas bacterias infecciosas penetran en el interior, dando paso a diferentes problemáticas cutáneas, con distintos grados o niveles.
Si nos fijamos en esta zona concreta que mencionábamos del globo ocular, hay un tipo de celulitis muy específica que suele presentarse en esta zona, conocida como periorbitaria.
A consecuencia de una infección en la zona que circunda al globo ocular, es posible desarrollar una inflamación, que se manifiesta de una forma muy visible en esta zona, siendo por lo tanto, una afección bastante reconocible.
Como se trata de un problema bastante común, que además cuenta con tratamientos muy efectivos que nos ayudarán a mejorarla en cuestión de días, en este post centramos nuestra mirada en la Celulitis Periorbitaria: Definición, Causas y Tratamientos.
De todos modos, aunque existen tratamientos que son muy efectivos, si no la tratamos como es debido puede derivar en problemas más serios que incluso puede afectar al torrente sanguíneo o a los ganglios, ¡así que se trata de un tema que requiere toda nuestra atención!.
¿Qué es la celulitis periorbitaria?
Se define como una infección que envuelve tanto la piel, como los tejidos blandos alrededor del ojo que esté afectado, pero siempre, ubicada anterior al tabique orbital.
La mayoría de los casos raramente conducen a complicaciones, así que conocer a fondo cómo debemos eliminarla no resulta tan complicado a priori; sin embargo, puede derivar en una condición más seria, en lo que se refiere a una afección de tipo orbital, que en este caso si se trataría de una infección posterior al tabique orbital.
Sobre todo, esta afección, más común en los niños, es causada principalmente por un traumatismo o sinusitis.
En los pacientes, se presenta con hinchazón y edema unilateral de los párpados. Aquellos con una afección de tipo orbital se presentan con hallazgos similares más síntomas oculares como proptosis, dolor ocular, disminución de la visión, motilidad extraocular limitada.
Por otro lado, aunque puede llegar a confundirse con otro tipo de afección, la preseptal, debido a que también se presenta como una infección en la zona de los tejidos blandos y en el párpado, en este caso, se diferencia por ser una infección un poco más extendida, menos superficial, que ocupa la zona del globo ocular, aunque siempre sin llegar a la zona del tabique orbital.
También debemos distinguirla de la infecciosa, ya que se trata de otro tipo bastante común.
De igual modo, es importante distinguir entre periorbitaria y orbitaria porque el tratamiento difiere en función del diagnóstico. En este sentido, en este caso el diagnóstico se basa en el examen clínico y una tomografía computarizada (TC) de las órbitas y los senos paranasales.
El tratamiento de esta afección incluye la cobertura de las bacterias más comúnmente aisladas de esta afección, Staphylococcus aureus, y la especie Streptococcus.
La mayoría de las afecciones de esta zona se resuelven después de cinco a siete días, utilizando los antibióticos adecuados y siguiendo de una forma constante las indicaciones que nuestro médico o especialista nos haya recomendado previamente.
Causas principales de la celulitis periorbitaria
Suele ser causada por la propagación de la infección de la rinosinusitis o la infección después de un traumatismo local; por lo tanto, el conocimiento de la anatomía de la órbita y sus estructuras circundantes es importante para comprender la propagación y la causa de este tipo de afección cutánea.
La órbita, bordeada por el periostio, está rodeada de senos paranasales: el seno frontal es superior, el seno etmoidal es medial y el maxilar inferior.
El tabique orbital es una lámina membranosa que surge del revestimiento del periostio orbital; este límite determina si la infección es periorbital u orbital.
En este caso, como ya hemos mencionado, rara vez dan paso a complicaciones serias, siempre y cuando recibamos el diagnóstico adecuado, ya que un problema más común es el diagnóstico erróneo, que finalmente conduce a un tratamiento inadecuado.
También pueden propagarse a través del sistema venoso facial que no tiene válvulas, lo que permite un fácil acceso a la propagación posterior de la infección a las órbitas y más allá.
Las venas superiores y oftálmicas también drenan sangre directamente en el seno cavernoso, lo que puede permitir la propagación a las estructuras intracraneales.
Con un tratamiento inadecuado o inapropiado y una propagación continua, puede convertirse en invasiva y provocar complicaciones oftálmicas como deterioro de la visión, ceguera y complicaciones intracraneales.
Bacterias comunes que causan esta afección
Las causas bacterianas más comunes de celulitis periorbitaria son Staphylococcus aureus, Streptococcus pneumoniae y Streptococcus pyogenes.
Las causas menos comunes son de Acinetobacter, Nocardia, Bacillus, Pseudomonas, Neisseria, Proteus, Pasteurella y Mycobacterium. Aunque son más raras, se han documentado infecciones micóticas, específicamente de Mucorales y Aspergillus.
Sin el tratamiento adecuado, la celulitis periorbitaria puede causar celulitis orbitaria y pérdida de la visión. En casos extremos, puede extenderse más para causar un absceso subperióstico, un absceso orbital, trombosis del seno cavernoso e infección intracraneal como un absceso intracerebral, meningitis, empiema o absceso del espacio epidural o subdural.
¿Cuando podemos desarrollar este tipo de afección?
Puede ocurrir a cualquier edad, pero es especialmente común en la población pediátrica. Por otro lado, es más común la celulitis periorbitaria que la orbitaria.
Algunos estudios sugieren una tasa de mortalidad que oscila entre el 5% y el 25% debido a complicaciones intracraneales.
La importancia de la evaluación y el exámen médico
La historia clínica y el examen físico son esenciales en su evaluación. En muchos casos, habrá antecedentes de sinusitis o infección de las vías respiratorias superiores, traumatismo, infección de un área cercana o picaduras de insectos.
Es importante tener en cuenta las molestias oftálmicas, la temperatura y la hinchazón. Tanto la periorbitaria, como la orbitaria se presentan de forma similar, lo que dificulta el diagnóstico en algunos casos.
Por un lado, en el caso de la periorbital se presenta con eritema periorbitario, edema e hinchazón de los párpados. La visión, la motilidad del globo terráqueo y las presiones intraoculares suelen ser normales porque la infección y la inflamación son superficiales y anteriores al tejido periocular sin afectación de los músculos extraoculares.
Por el contrario, la orbital ocurre después de una infección más extensa posterior al tabique orbital. Esto lleva a síntomas como proptosis, movimiento extraocular limitado, oftalmoplejía y disminución de la visión, además de eritema y edema del párpado.
Algunos casos de preorbital se han asociado con fiebre, conjuntiva inyectada, quemosis, ojos llorosos, secreción y cierta reducción de la visión, lo que dificulta la diferenciación de la celulitis orbital.
Es importante diferenciar esta afección de reacciones alérgicas, tumores orbitales, exoftalmos distiroideos, chalazión y orzuelo.
Con un tratamiento inadecuado, puede llevar a complicaciones, derivan en orbital, provocando absceso subperióstico, absceso orbitario o trombosis del seno cavernoso, como se ve en la clasificación de Chandler de complicaciones orbitales:
Grupo 1
- Afecta los tejidos blandos del párpado y otras estructuras superficiales.
Grupo 2
- Infección de bacterias dentro de las órbitas que causa inflamación, deterioro de la visión, oftalmoplejía, dolor con el movimiento del ojo, quemosis, conjuntiva inyectada, proptosis, fiebre y leucocitosis.
Grupo 3
- Absceso subperióstico, es la acumulación de pus entre la pared de la órbita y las estructuras periorbitales circundantes, causando un desplazamiento del globo terráqueo en dirección lateral o hacia abajo. Los pacientes tendrán movimiento limitado y se presentarán con proptosis.
Grupo 4
- Abscesos orbitales, es una colección discreta de pus que se desarrolla dentro del tejido orbital y conduce a exoftalmos, quemosis, deterioro grave de la visión y oftalmoplejía. Este absceso también puede extenderse hacia delante y romperse en los párpados.
Grupo 5
- Trombosis del seno cavernoso, es el resultado de una mayor progresión en los senos cavernosos, lo que produce síntomas en el ojo opuesto. En casos muy graves, los pacientes pueden tener meningitis.
Aunque no siempre es un verdadero continuo, las condiciones en este sistema de clasificación se presentan de manera similar y deben ser consideradas durante la evaluación de un paciente con problemas oftalmológicos.
Diagnóstico
El diagnóstico de la celulitis periorbitaria es principalmente un diagnóstico clínico con hallazgos radiológicos. En muchos casos, las diferencias entre los distintos tipos de celulitis no terminan de quedar muy claros, sobre todo si la comparamos con la orbital.
Una tomografía computarizada de las órbitas y los senos paranasales permite diferenciar las dos afecciones, así como una forma de determinar el alcance de la infección.
También se recomienda una tomografía computarizada si hay inflamación marcada de los párpados, fiebre, leucocitosis o si no hay mejoría después de 24 horas de tomar los antibióticos adecuados.
La tomografía computarizada de este tipo de afección cutánea mostrará inflamación de los párpados, ausencia de proptosis y grasa en el contenido orbital y compromiso de los músculos extraoculares.
Un estudio halló que el 41% de los pacientes con celulitis periorbitaria tenían evidencia de sinusitis, en la tomografía computarizada.
Principales tratamientos
Cuando la celulitis aparece en zonas como las piernas, abdomen o brazos, podemos recurrir a diferentes tipos de cremas, ejercicios e incluso, existen remedios caseros que pueden ser efectivos, pero en este caso concreto, será fundamental seguir a rajatabla las pautas de nuestro médico.
El tratamiento difiere según la gravedad de la enfermedad y la edad del paciente. La base del tratamiento suele ser la cobertura antibiótica contra S. aureus, la especie Streptococcus y los anaerobios.
Los pacientes mayores de un año de edad con síntomas leves pueden ser tratados como pacientes externos con antibióticos orales. Las personas con enfermedad más grave o que tienen menos de un año de edad, deben ser hospitalizadas.
La recomendación actual es Clindamicina o TMP-SMX más Amoxicilina-ácido clavulánico o Cefpodoxima o Cefdinir.
Si el paciente no está vacunado contra la H. influenzae, se recomienda la cobertura antibiótica con un betalactámico. El tratamiento antibiótico suele durar de cinco a siete días o más si la celulitis persiste.
La respuesta a los antibióticos suele ser rápida y completa. Si la terapia ambulatoria no logra mostrar mejoría después de 24 a 48 horas, los pacientes deben ser hospitalizados con antibióticos de amplio espectro, tomografía computarizada y se debe considerar una consulta quirúrgica para una posible incisión y drenaje.
Hasta aquí, te hemos facilitado la información necesaria para comprender un poco mejor este tema, algo complejo sobre Celulitis Periorbitaria: Definición, Causas y Tratamientos. Si tienes alguna duda, lo mejor es consultar con el médico o especialista que te ayude a tratar esta afección desde su inicio, ¡no pospongas el diagnóstico y el tratamiento ya que tu salud está en juego ♥!.