Pasos para lavar nuestra cara

Lavarse la cara suena bastante simple, ¿verdad? Pero realmente es un paso muy importante para tener una piel sana y bonita, y es lo primero en cualquier rutina adecuada de cuidado de la piel.

La limpieza facial correcta puede ayudarte a prevenir los brotes de acné, mejorar la salud del cutis e incluso reducir la inflamación de la piel.

Y aunque parece el más fácil de los pasos, muchas de nosotras nos estamos lavando mal la cara, con todos los problemas que esto puede conllevar. Y no nos estamos refiriendo solamente a “olvidarnos” de hacerlo algunas noches.

Vamos a hablar entonces de cómo debes mejorar los posibles errores que podrías estar cometiendo sin saberlo y cómo transformarlos en pasos correctos, para que tu piel pueda mejorar y ser la mejor versión de sí misma, con unos simples pasos y unos buenos limpiadores. 

Lavar la cara

¿Estás cometiendo errores? ¡Compruébalo!

Lo primero de lo que hablaremos será de los posibles errores que podríamos estar cometiendo a la hora de lavar nuestra cara, está claro que para mejorarlo primero debemos saber que lo hacemos mal y es por ello que vamos a hablar de aquellos pasos que no son los más adecuados y que sin embargo lo hacemos con frecuencia.

Olvidar limpiarte la cara antes de acostarte

Este es el más popular, sobre todo en la adolescencia y juventud, cuando el sueño pesa después de una larga noche de fiesta, y lo último que te apetece es limpiarte la cara.

Pero tienes que saber que durante el día, nuestra piel acumula suciedad, impurezas, sudor, contaminación. Y sinceramente, no es nada saludable el solo hecho de pensar en dejar esas impurezas por toda tu piel y en tus poros.

Además, a lo largo del día los aceites naturales de nuestra piel, el protector y el maquillaje también dejan restos. Y si no lo eliminamos todo correctamente, puede obstruir los poros y causar irritación, inflamación y brotes de acné.

Por eso es tan importante lavarnos la cara por la noche, antes de ir a la cama, todos los días. Sí, también cuando no nos maquillamos.

Saltarte la limpieza de la mañana

Tal vez pienses que con la limpieza nocturna es suficiente, que mientras duermes no acumulas suciedad, contaminación, y que no tienes maquillaje ni protector puesto y que por lo tanto en la mañana la piel está completamente limpia.

Pero esto no es así. Mientras duermes también sudas, y los microorganismos que hay en tu almohada pasan a tu cara. Además, las bacterias de la saliva y los aceites naturales de tu pelo también se transfieren a la almohada, y tu piel queda impregnada de todos ellos, entre otros aspectos.

También sabéis que durante la noche es cuando nuestra piel se regenera, acabando con todas esas células muertas y dando lugar a otras nuevas, quedándose las muertas en la superficie de nuestra piel, por lo que lavar la cara por la mañana es necesario.

El lavado matutino ayuda a eliminar todo eso que acumulas mientras duermes. La mayoría de la gente sólo hace una limpieza, lo que resulta en la acumulación de suciedad y, a su vez, en problemas de piel.

Utilizar cualquier pastilla de jabón para lavarte la cara

Si tienes la suerte de no tener la piel sensible, puedes coger una pastilla de jabón cualquiera, hacer espuma y restregarla por tu tez.

Pero estos limpiadores ásperos despojan a tu piel de sus hidratantes naturales, lo que puede dejarte el rostro inflamado y enrojecido por capilares rotos.

En su lugar, utiliza limpiadores suaves que respeten el equilibrio del pH de la piel, que no irriten, y que no despojen tu piel de sus aceites naturales, podrás encontrar en el mercado infinidad de limpiadores como el agua micelar, las leches limpiadoras, bálsamos, geles, etc.

Usar un producto de limpieza incorrecto

Las marcas siempre presentan múltiples versiones del mismo producto para los diferentes tipos de piel. Pero a menudo compramos los equivocados, simplemente porque no conocemos al cien por cien las necesidades de nuestra dermis.

Todos los limpiadores están formulados usando una variedad de ingredientes; algunos de ellos activos y otros no. Estos ingredientes determinan el tipo de piel para el que el limpiador es adecuado.

Por ejemplo, el ácido salicílico está indicado para pieles propensas al acné. Al mismo tiempo, el ácido hialurónico está indicado para la piel seca. Por lo tanto, debes prestar atención a la lista de ingredientes y comprar los que se adaptan a tus necesidades específicas de la piel.

Además, también te haría bien usar limpiadores naturales, ya que no contienen ningún irritante químico que pueda dañar aún más tu piel.

Utilizar limpiadores fuertes en pieles grasas

Claro, parece lógico ser más contundente con las pieles grasas y optar por limpiadores granulosos y astringentes que eliminen todo el sebo.

Pero el hecho es que si utilizas productos con ingredientes demasiado agresivos o secantes, vas a empeorar el problema, ya que la respuesta natural de la piel cuando se la despoja es producir más grasa.

Opta por un limpiador más suave y calmante que todavía pueda eliminar el exceso de grasa de los poros sin dejarlos completamente secos.

Aclararte con agua caliente o fría

Esa frase tan manida de que el agua caliente abre los poros y el agua fría los cierra es un mito. De hecho, el cambio de caliente a frío sólo produce un choque en la piel que puede causar sequedad o producción excesiva de sebo.

Así que gira el grifo y mantenlo a la mitad para que salga agua tibia.

Secarte con cualquier toalla y frotar la cara

Por muy tonto que parezca, no se recomienda usar la misma toalla para secar la cara y el cuerpo después de una ducha. Podrías pensar que no hay ninguna diferencia, pero en realidad estás permitiendo que las bacterias de tu cuerpo y la toalla mojada se transfieran a tu cara.

Lo ideal es utilizar una toalla limpia cada vez, o utilizar tissues de papel desechables.

Y además, cuando te vayas a secar la cara no frotes de arriba y abajo, pues esto irrita la piel y causa arrugas. Hazlo suavemente, con palmaditas suaves.

Lavar excesivamente

Sí, se puede lavar la piel en exceso, y esto sucede cuando se hace espuma o se friega durante demasiado tiempo. La piel del rostro, como sabes, es mucho más delicada que la del cuerpo, por lo tanto, hay que tener cuidado y al mismo tiempo ser meticuloso.

Y la manera de hacerlo es utilizando productos eficaces y apropiados, y no alargar el proceso a más de 20 a 30 segundos. De lo contrario, puedes dejar tu rostro seco y dañado.

Exfoliar demasiado

La sensación de una piel suave y recién exfoliada es inigualable: es totalmente adictiva y podríamos hacerlo todos los días. Además, es importante para eliminar la acumulación de células muertas de la piel en la superficie y revela una piel más suave y más luminosa.

¡Pero no hace falta exfoliar a diario! Una vez a la semana es suficiente para no dañar los poros, algo que puede provocar inflamación y, a su vez, irritación.

Por lo tanto, exfolia sólo una o dos veces por semana, incluso si tu producto exfoliante menciona que puede utilizarse a diario.

Usar solo una toallita desmaquillante

Es cierto que las toallitas desmaquillantes pueden resultar útiles para retirar el maquillaje en ciertas ocasiones, pero nunca deberías utilizarlas como único limpiador.

Lo ideal es usar dos o tres toallitas para las diferentes partes de la cara, o si tenéis la posibilidad de un agua micelar, mucho mejor, y una vez que el maquillaje esté eliminado, seguir con un buen limpiador para asegurarte de que has eliminado todas las impurezas y restos de maquillaje.

El uso excesivo de este producto no es saludable, ya que no nos ofrece una limpieza completa y además suele contener ingredientes no muy adecuados para tratar la piel, por lo tanto intentaremos usarlas lo menos posible.

Una vez que tu piel esté completamente limpia, estará en las mejores condiciones para absorber los activos que le pongas después. Así que no te olvides de aplicarte el sérum o la crema hidratante inmediatamente después de limpiar tu cara mientras aún está húmeda.

Estos productos sellarán esta humedad, permitiendo que quede atrapada en la piel. Y una piel hidratada es una piel más saludable.

Errores que estamos cometiendo

Ahora que hemos hablado de todos los errores que podemos cometer y que seguro hemos cometido en algún momento de nuestra vida, de lo que vamos a hablar es de los pasos que debemos seguir de forma correcta para mantener a nuestra piel siempre en un estado óptimo, limpia y sana a la misma vez.

Para ello os voy a aportar un ejemplo de cómo tendríamos que hacer un lavado diario normal, ya sea en la noche o en la mañana (no olvidéis que ambos momentos son fundamentales y que no debemos saltarnos ninguno)

Primer paso

Lo primero siempre será retirar el maquillaje si es que nos hemos maquillado con anterioridad, por lo tanto necesitaremos un desmaquillante de calidad (no tiene porque ser carísimo) que nos ofrezca unos resultados buenos y efectivos. No pararemos de pasar el algodón hasta que no veamos que el rostro ha quedado completamente libre de pintura.

Segundo paso

Una vez que nuestro cutis está libre de maquillaje, es el momento de comenzar a lavarlo y para ello utilizaremos un limpiador de buena calidad que nos ofrezca unos resultados eficaces, es importante que elijamos uno que le venga bien a nuestro tipo de piel, ya que de lo contrario podríamos empeorar el estado de nuestra dermis.

A la misma vez también es importante que nos fijemos muy bien de que no quede ningún tipo de resto de suciedad, para ello repasaremos bien las zonas más recónditas como por ejemplo los laterales de la nariz.

Tercer paso

Después de usar el limpiador podemos pasar a poner el tónico directamente si hemos usado un producto que no necesite aclarado o por el contrario tendríamos que aclarar el cutis con abundante agua tibia (recordad que el agua fría o caliente no es la mejor opción para tratar la piel).

Para secar el rostro es importante que usemos una toalla suave y que demos palmaditas para eliminar todo el agua y nunca frotar con ella, ya que podríamos dañarla.

Cuarto paso

Una vez que ya tenemos la cara aclarada, pasamos a poner el tónico, un producto que nos aporta multitud de beneficios como por ejemplo el hecho de equilibrar el pH de nuestra piel, además también se encargará de cerrar los poros y dejar la dermis completamente preparada.

Quinto paso

Como último paso de nuestra limpieza facial es usar una crema hidratante para culminar la rutina diaria, este producto nos ofrece una de las principales necesidades de nuestra dermis, la hidratación es fundamental para todo tipo de pieles, es por ello que nunca debe faltarnos en una rutina de limpieza y cuidado facial.

Pasos correctos para lavar la cara

Estos son los pasos principales que debemos seguir para realizar una buena limpieza facial, como veis no son difíciles pero si que hay algunos errores más comunes y eso es justo lo que queríamos abordar en este artículo, espero que ahora podáis disfrutar de una piel de ensueño y que nunca más dudéis sobre si hacéis la limpieza bien o mal.

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