El mindfulness surge hace miles de años, según la historia en la región de Kapilavastu, situada entre Nepal y la India, vivía un hombre llamado Siddharta Gautama o como todos lo conocemos, Buda. Este hombre llevaba un ritmo de vida que no deseaba y fue entonces cuando un día decidió parar todo aquello y sentado bajo una higuera encontró su propio conocimiento a través de la meditación.
Él fue el pionero de todas las técnicas espirituales que existen hoy en día, de la meditación surge todo. Hoy en día podemos comprobar que nuestro ritmo de vida es incluso peor que el de hace miles de años, nos pasamos la vida pensando en el futuro, preocupándonos por problemas que ni siquiera han llegado (y no estamos seguros de si llegarán) mientras nos lamentamos del pasado o incluso vivimos atrapados en él.
Si nos paramos a pensar, nuestra vida diaria se basa en eso, en pasado y futuro, pero ¿qué pasa con el presente?, ¿realmente vivimos cada momento y cada acto con total conciencia?, ¿cuántas cosas nos estamos perdiendo?
Seguro que más de una vez os habéis parado a pensar en ello y querréis cambiar vuestra percepción de ver la vida, si es así, en este artículo hablaremos como conseguiremos vivir en el presente y con plena conciencia mediante un tipo de meditación, el querido mindfulness.
¿Qué es el Mindfulness?
Lo primero que debemos saber es que esta técnica se basa en la atención o conciencia plena, es decir, en vivir con intención el momento presente sin juzgarlo y sin internar cambiarlo, simplemente aceptándolo y viviéndolo.
Como hemos podido ver en la introducción, este tipo de meditación nace de las tradiciones orientales, como es el budismo y de forma más concreta de la meditación vipassana.
El nombre real o principal es el de Sati, que en Pali significa consciencia, atención y recuerdo. No obstante el término fue modificado por los ingleses que le atribuyeron el nombre de mindfulness, que si lo separamos Mind significa mente, mientras que fulness significa plenitud.
El mindfulness es un tipo de meditación
Tal y como hemos nombrado, la meditación es una práctica muy amplia pero la técnica de la que hablamos hoy es una rama mucho más concreta que se encuentra dentro de ella.
Meditar es entrenar la mente, parar por un momento y dedicarnos exclusivamente a observar los pensamientos, sensaciones y emociones que van pasando por nuestra mente y cuerpo pero sin reaccionar ante estos estímulos. Con ello se quiere conseguir un control mucho más exhaustivo de la mente y la atención.
Para que lo entendáis bien, en la filosofía budista hablar de meditación es como hablar de deportes en general, por ende dentro de ella hay muchas técnicas diferentes, cada una de ellas para un objetivo diferente.
Nuestro interés actual, el mindfulness nació de la meditación vipassana, pero ¿cuál es esta técnica?
¿En qué consiste la meditación vipassana?
Esta meditación tiene origen en la India y su principal función es la auto-observación de nuestro cuerpo, nuestra mente y los cambios que surgen a nuestro alrededor. De manera literal si analizamos la palabra vipassana podemos comprobar que significa «ver las cosas tal como son», por lo tanto la práctica de la que hablamos hoy va guiada por esta rama.
¿Por qué debemos practicar mindfulness?
Hoy en día hay numerosos estudios e investigaciones médicas donde se ha obtenido como resultado una afirmación, y es que el hecho de practicar esta técnica al menos durante 30 minutos al día, mejora los problemas o síntomas propios de la ansiedad y la depresión.
Además también se conoce que la práctica de esta meditación puede tener efectos muy buenos sobre la presencia del dolor.
Por otro lado cabe destacar que también ayudará considerablemente al tema de la concentrarnos y la inteligencia de tipo emocional. Favoreciendo a su vez al fortalecimiento de nuestro sistema inmune y a llevar mejor la soledad en las personas mayores.
Hoy en día podemos encontrar algunos tratamientos basados en esta técnica propuesta por profesionales de la salud, como por ejemplo el MBCT (Terapia cognitiva basada en esta técnica para la depresión) o incluso tratamientos para el Trastorno Obsesivo-Compulsivo. Después de un tiempo tratando a pacientes con estos problemas se ha comprobado que ofrece los mismos resultados que la medicación antidepresiva, ayudando además a reducir el riesgo de volver a recaer.
Tipos de mindfulness
Cuando hablamos de esta técnica podemos diferenciar dos formas de llevarla a cabo en nuestra vida diaria, por un lado se encuentra la manera formal y la informal, su elección dependerá de nuestra circunstancia y nuestro hábito de vida, aunque ¡podemos realizar los dos tipos cada día! y de esta forma beneficiarnos el doble, ya que esta técnica ofrece infinidad de beneficios.
- Mindfulness formal: Esta practica requiere unos 30/45 minutos diarios de meditación, realizando los diferentes ejercicios que deseemos.
- Mindfulness informal: Esta acción requiere llevarnos los hábitos de la técnica a actividades diarias, como por ejemplo poner conciencia a lo que estamos comiendo, poner plena atención a lo que alguien nos esta diciendo o incluso conectar al cien por cien con nuestra forma de caminar.
Como podéis ver los dos se pueden realizar sin problema alguno cada día, aunque hay personas que prefieren realizar solo uno de ellos, esto dependerá de la persona y lo que de verdad le funcione o necesite.
Dudas acerca de la práctica
Ya sabemos lo que es, de donde viene y porque debemos realizarlo pero ¿sabemos como hacerlo de forma correcta? y ¿sabemos cómo elegir el mejor lugar para ello?, estas son las típicas dudas que nos surgen cuando vamos a empezar alto pero ¡no os preocupéis! que seguro que le cogéis el ritmo muy rápido.
¿Dónde ejercerlo?
Cuando nos animamos a realizar una actividad de esta magnitud, nos surgen muchas dudas, la primera de ellas es ¿dónde lo hago?, nos ponemos a pensar siempre en un lugar exacto donde la técnica la realicemos de forma más satisfactoria, sin embargo no siempre es así.
El mejor lugar siempre será donde nosotros elijamos como entorno tranquilo, en paz y donde nos sintamos conectados con nosotros mismos. Ahora bien, es cierto que de forma general se pueden dar una serie de pautas para conseguir un ambiente más reconfortante y que nos motive más al hecho de conectar y ser conscientes con el presente.
Para ello se recomienda que se elija un lugar tranquilo, sin ruidos o con sonidos naturales o que nos resulten relajantes (puede ser un hilo musical muy tenue y calmado) o incluso en el bosque, campo, playa, montaña que suelen ser los lugares preferidos por los sonidos tan maravillosos que nos ofrecen la naturaleza.
Además se conoce que la temperatura ideal para poder llegar a la conexión máxima ronda entre los 18º y los 25º, ya que no sentiremos calor ni frío, por lo que nuestro cuerpo y nuestra mente trabajarán mucho mejor.
Es importante que tengamos en cuenta el hecho de desactivar los móviles, las alarmas o cualquier aparato que pueda hacer ruido y sacarnos de esa conexión. Es importante que nos olvidemos de la tecnología y nos centremos en nosotros, en el aquí y el ahora.
Además también se aconseja utilizar ropa cómoda, de esta forma no estaremos pendiente de que el pantalón nos aprieta demasiado o cualquier otra cosa. La ropa es clave para sentirnos cómodos y eso es fundamental.
¿Cuánto tiempo dedicarle?
Cuando empezamos con esta técnica lo ideal es ir practicándola de forma gradual, es decir, aunque es cierto que hemos hablado ya que el tiempo ideal serían unos 30 o incluso 45 minutos al día, no vamos a empezar realizando tanto tiempo.
Al principio todo se nos hace un poco más difícil, por lo que no es buena idea dedicarle tanto tiempo, ya que al no tener práctica y experiencia nos cansaremos de no saber hacerlo bien o incluso nos podemos frustrar si no conseguimos conectar.
Por estas razones se aconseja dedicar de 5 a 10 minutos las primeras semanas e ir subiendo el tiempo conforme nos vayamos viendo capacitados y preparados. Es más, cuando empecemos a coger el ritmo querremos estar el mayor tiempo posible, porque el placer y el confort que se sienten son tan grandes que se convertirá en uno de los mejores momentos del día.
¡Debemos tomarnos las cosas con calma!, tanto la mente como el cuerpo necesitan sus tiempos, vamos a aprender a respetarlos y veréis cómo todo fluye mejor.
¿En qué postura debemos estar?
La postura en la que debemos estar para practicar la meditación es fundamental, ya que en ella está el equilibrio de nuestro cuerpo. Lo ideal es permanecer sentados de forma cómoda en el suelo, para ello utilizaremos un esterilla, un cojín, una manta, etc, lo que sea más confortable para vosotros.
Al estar sentados no es necesario que estemos en la postura de flor de loto (típica en la meditación y el yoga), bastan con que estéis cómodos, aunque es cierto que esa postura ayuda enormemente a mantenernos rectos.
Lo importante es que nuestra espalda se mantenga recta para que así nos facilite la acción de respirar, para ello si hemos utilizado un cojín o un taco de yoga y es demasiado elevado, se aconseja sentarse en el borde y empujar la zona pélvica hacia delante, de esta forma el cuerpo inmediatamente adopta un estado recto.
Debemos fijarnos fundamentalmente en que la columna se mantenga recta, pero a la misma vez debemos tener las piernas y los brazos relajados. Para no desestabilizar la columna se aconseja apoyar los brazos sobre las piernas con las palmas hacia arriba.
En definitiva, debemos estar cómodos y rectos, si la postura que hemos adoptado nos provoca tensión, tenemos que movernos un poco y encontrar aquella que sea ideal.
¿Cómo preparar la mente para comenzar?
Esta es la parte más difícil de todas pero al fin y al cabo es el objetivo de la técnica, así que ¡tendremos que tener paciencia y ganas!, todo llega en su preciso momento. Se aconseja leer libros sobre mindfulness, ya que ayuda mucho a comprender la práctica y a entrenar la mente para lo que vamos a realizar.
Para realizar esta practica tan solo debemos tener en cuenta dos aspectos, la respiración y los pensamientos, si sabemos controlarlos lo tenemos todo.
- Pon atención a tu respiración: Fíjate en como el aire entra por tu nariz y llega hasta tus pulmones, como se llenan y como se vuelven a vaciar saliendo todo el aire de nuevo por la nariz, esta vez con toda la toxicidad y la negatividad. Cuando sientas que te pones a pensar en otra cosa, vuelve de nuevo a tu respiración, poco a poco irás consiguiendo centrarte más y llegará un punto en el que lo hagas de forma automática y ni siquiera te distraigas con nada en los 30 o 45 minutos de la sesión.
- Deja aparecer pensamientos: Es normal que aparezcan pensamientos por nuestra mente en este momento, parecerán un hilo de películas pasando de uno a otro, lo ideal es mantenerse neutro ante ellos, no juzgarlos ni catalogarlos como buenos o malos, son simples pensamientos, sin más. Al principio será muy difícil, pero esto también requiere mucha práctica y experiencia.
Una vez que controles esto a la perfección, lo ideal sería que te llevases contigo a todas horas esa atención y conciencia en cada hábito que realices en tu día a día, de esta forma vivirás el aquí y el ahora y por lo tanto siempre estarás en el presente, viviendo plenamente con el mindfulness.
Esta acción nos permitirá tomar el rumbo de nuestra vida y no dejar que los sentimientos lo hagan por notorios, por lo tanto tenéis delante una práctica que puede convertiros en la persona más poderosa de todas, ya sabéis que la mente puede ser nuestra mejor amiga o nuestra peor enemiga, ella tiene todo el poder por lo tanto entrenarla es la mejor de las opciones.
Hay una frase que dijo Dalai Lama que sin duda es digna de recordar constantemente:
“Solo existen dos días en el año en los que no se puede hacer nada. Uno se llama ayer y el otro se llama mañana. Hoy es el único día para amar, creer, hacer y principalmente vivir”.
Dalai Lama.
Empezar a practicar mindfulness
Hoy es un buen día para empezar con la práctica, no te martirices con que ayer hubiese sido mejor y no dejes que mañana sea el día correcto, porque entonces no estarás entiendo nada de lo que esta técnica quiere ofrecerte. Hoy es el día para comenzar, ahora, en este momento.
Pero para ello tendremos que tenerlo todo preparado, si bien es cierto que lo ideal sería que un profesional del tema te aconsejase e incluso te acompañase en la primera sesión para así guiarte y no perderte, no hay ningún problema en hacerlo de forma solitaria y por cuenta propia en casa, simplemente tendremos que prestar más atención en hacerlo bien.
Para comenzar debemos cumplir unos pasos como los siguientes:
- Conocer y entender la técnica
- Elegir un momento del día para llevarla a cabo
- Elegir un lugar apropiado sin ruidos
- Tener en cuenta las posturas
- Empezar por ejercicios fáciles
- Seguir avanzando conforme vayamos cogiendo práctica con ejercicios más difíciles
- Practicar el mindfulness en nuestros hábitos diarios
Si tenemos en cuenta estos pasos, os aseguro que en cuestión de tiempo, os convertiréis en unos verdaderos amantes y (por qué no) experimentados de esta maravillosa práctica como es el mindfulness. Además hoy en día existen multitud de cursos que se encargarán de guiar por esta bonita experiencia.
¿Cómo son los ejercicios?
Existen muchos ejercicios para practicar esta técnica, cada uno de ellos cuenta con una dificultad mayor o menor, se aconseja siempre empezar por aquellos para principiantes de forma que no nos agobiemos mucho al principio y todo vaya sobre ruedas, ahora bien conforme vaya pasando el tiempo tendremos que ir aumentando la dificultad de éstos y por lo tanto iremos practicándolo durante más tiempo y de forma mucho más fluida.
Al fin y al cabo todo se resume en dar tiempo a los procesos, no querer correr en todo y olvidarnos de una manera u otra de ese ritmo de vida tan estresante en el que estamos acostumbrados a vivir.
Espero que con toda esta guía sobre el mindfulness, os encontréis preparados para comenzar cuanto antes y espero además que durante este artículo hayáis estado presentes en el aquí y el ahora hasta el final, será la única forma de haber disfrutado al cien por cien de toda la información. ¡A practicar y conectar con nosotros mismos! que no hay nada más placentero que conseguir ese estado de control personal.