El masaje kobido, también llamado masaje facial japonés, tiene su origen en esta cultura y está basado en la medicina tradicional de ese país.
Aunque en la actualidad se realiza en gran medida con fines estéticos, en su origen no fue así ya que al igual que el resto de los masajes japoneses estaba orientado a mantener la salud.
Cuenta la tradición que desde el siglo XV y durante muchas centurias, de él sólo pudo beneficiarse la realeza. Esta técnica tuvo una transmisión familiar, de modo que hasta el año 1, momento en que el maestro Shogo Mochikuzi se trasladó a Estados Unidos y empezó a ejercer y enseñar allí, fue desconocida por occidente.
En la actualidad está teniendo cada día más difusión ya que aporta muchos de los beneficios de la cirugía estética a pesar de ser una técnica no invasiva.
Beneficios
Los beneficios del kobido son múltiples ya que produce un efecto de estiramiento de la piel sin necesidad de recurrir a la cirugía o a ningún método agresivo. Por una parte, las manipulaciones que hace el experto pueden actuar sobre la musculatura y articulación de la mandíbula en caso de dolores.
Rejuvenecen el rostro dando una mayor tonificación a los músculos y haciendo desaparecer las contracciones que son las que provocan las arrugas. Además, está indicado para las manchas en la piel que aparecen con la edad.
Lista de beneficios:
- Elimina la tensión de los músculos faciales, por lo que evita la presencia de arrugas
- Ofrece relajación y calma, eliminando por completo el estrés
- Hidrata la piel y potencia la producción de colágeno, por lo tanto también beneficiará a la circulación
- Reduce considerablemente los dolores de cabeza
- Evita que padezcamos bruxismo (apretar o rechinar los dientes)
- Evita que padezcamos de estreñimiento, ya que beneficia al tránsito intestinal
- Mejorará la función de los cinco sentidos
- Beneficiará a la tonificación de los músculos faciales
Utensilios
Este masaje se realiza únicamente con las manos, ya que no se recomienda el uso de otros instrumentos para amasar la zona de la cara. Para ello si utilizan aceites vegetales y esenciales, pueden ir variando el tipo según la persona y sus necesidades.
También se necesita una camilla donde el paciente debe tumbarse boca arriba y con la cara despejada. Se pueden incorporar cojines especiales para tener la cabeza un poco más inclinada.
Preparación del paciente
Es importante determinar qué tipo de cutis tiene ya que el ritmo del masaje tendrá que estar en concordancia con él.
- Las pieles secas necesitan un tratamiento más enérgico que estimule las glándulas sebáceas a fin de que lubriquen la piel.
- Por el contrario, en las pieles grasas se recomienda un tratamiento suave.
De esta forma se prepara a la persona que va a recibir el masaje mediante unas preguntas para conocer sus necesidades.
Preparación de la habitación
El lugar donde se colocará el receptor puede ser una camilla de masajes, un futón o una silla reclinable. La atmósfera debe ser cálida y tranquila, con una luz tenue y, si se desea, usar la técnica de aromaterapia con algún tipo de esencia o incienso. También puede emplearse música ambiental.
Cómo llevar a cabo una sesión de masaje Kobido
La duración del masaje suele ser de aproximadamente 60 minutos, incluyendo la nuca y el cuero cabelludo. Tras la breve charla inicial, se sitúa al receptor en el lugar escogido y se le envuelve la cabeza con una toalla a fin de trabajar al principio exclusivamente sobre el rostro.
La sesión se divide en tres partes:
- Masaje con golpeteos, fricciones, percusiones y amasamientos enérgicos que tienen por objeto actuar en profundidad sobre los músculos faciales para ayudar a la liberación de toxinas y aportar tersura a la piel gracias a la tensión que promueven en ellos.
- Tratamiento de shiatsu sobre todos los meridianos y tsubos faciales. Su fin es regular el chi o Qi para aportar mayor energía al rostro.
- Drenaje linfático. Su objetivo es arrastrar todas las toxinas movilizadas por los procedimientos anteriores.
La primera parte tiene por objeto relajar los músculos contraídos lo cual redunda en la desaparición de las arrugas y en la tersura que adquirirá la piel. También reactiva la circulación de la sangre y, con ello, la tonificación y buena oxigenación de la compleja musculatura del rostro.
Los movimientos son muy precisos y rápidos, por lo que el profesional debe tener un excelente entrenamiento.
El shiatsu reactiva la energía de la zona y las acupresiones cumplen una función similar a la que hacen las agujas en los estiramientos faciales por acupuntura.
Los aceites esenciales que se emplean, limpian la piel, la suavizan y le aportan luminosidad.
Una vez que se ha terminado el trabajo en el rostro, se procede con los músculos del cuello, especialmente de la nuca que suelen ser los que sufren las mayores contracciones por tensión psicológica, y se masajea el cuero cabelludo para estimular los folículos pilosos proveyéndolos, además, de una buena circulación.
El efecto del masaje en su conjunto, es el de un lifting.
Contraindicaciones
No está indicado para pieles excesivamente grasas, debido al uso de los aceites vegetales y esenciales que pueden causar la obstrucción de los poros y por lo tanto el empeoramiento en el exceso de sebo, y en caso de que se lleve a cabo, deberá ser impartido con suma suavidad para no promover más aún el funcionamiento de las glándulas sebáceas.
Del mismo modo, está contraindicado en personas que sufran de acné, ya que debido a la fricción se puede empeorar de la misma forma la presencia y el estado de éstos.
Efectos secundarios
Este masaje, siempre que se tomen las precauciones debidas y no se realice en personas que tengan algún cuadro que lo contraindique, no presenta efectos secundarios negativos.
¿Quién no agradece de vez en cuando un masaje facial? Está claro que beneficiaría a todo el mundo y aportaría un aspecto al rostro de lo más radiante. A menos que tengas las características que hemos mencionado con anterioridad (piel muy grasa o con un acné severo) se recomienda al menos vivir la experiencia de esta técnica alguna vez.
A pesar de que hoy en día se use sobre todo con fines estéticos, la realidad es que sus beneficios van mucho más allá. Si os gusta la relajación, la paz y la sensación placentera que produce el salir de un masaje, sin duda ¡este os va a encantar!