Lo que no se usa se atrofia: esta es la regla de los músculos, y que se aplica a la vida orgánica, y no debemos menospreciarla si apostamos a tener una vida más saludable.
Nuestro cuerpo está diseñado para potenciar todo aquello que esté en constante uso. Por eso si levantamos peso constantemente, nuestros músculos se adaptarán para poder levantar peso, si corremos constantemente, los músculos de nuestras piernas se moldearán para poder correr más y fatigarnos menos, nuestros pulmones comenzarán a funcionar también de manera más adecuada. Esta es la clave para vivir bien: entrenar para hacerlo.
Empieza a moverte: Consejos para hacer deporte
Ejercítate diariamente
Por lo menos 30 minutos al día, mínimo, debemos mantener nuestro cuerpo activo y acostumbrarlo a la actividad. No debe ser forzadamente un maratón o algo extremadamente agotador, puedes adaptarlo a tu estilo de vida: salir a correr o brincar la cuerda en casa. Preferiblemente que sea cardio, para así no solo ejercitar los músculos, sino también mejorar la circulación y el sistema respiratorio. Escoge una rutina que te guste, que te motive y que sientas que puedas mantenerla y puede que hasta mejorarla con el pasar del tiempo.
Estírate
Para evitar lesiones, antes y después de hacer ejercicio, acostumbra a estirar tus músculos. Esto los preparara para el proceso del ejercicio y la actividad será menos traumática para tus músculos. Si puedes también, estírate al levantarte después de dormir, pues tu cuerpo estuvo bajo una cantidad de horas moviéndose lo mínimo y la preparación puede hacerle bastante bien para comenzar tu rutina diaria.
Anda más
Acostúmbrate a caminar o a andar en bicicleta. El automóvil no hará más que reducir tu movimiento, y mientras menos te muevas, peor. A los lugares que no te queden muy lejos, o que el acceso mediante automóvil sea muy complicado, pues aprovecha y ve a pie. La actividad te hará bien, además de ahorrarte el dinero en gasolina.
Además, podrías descubrir nuevos sitios en el camino si vas a pie y observas con mayor cuidado los sitios por donde pasas.
Dile no al sedentarismo
Pasar una gran cantidad de horas sentado en el sofá viendo la tv, o delante de un ordenador no le hará bien a tu cuerpo. Sentarse y no hacer nada es negativo. Olvídate de los ascensores y las escaleras mecánicas, empieza a subir escaleras. Todo lo que no sea moverte no ayuda.
Ejercicio, sí, pero con moderación
Ok, hacer ejercicio es sumamente beneficioso, porque mantiene al cuerpo activo, pero, por otro lado, también hay aspectos oscuros. Si mantenemos al cuerpo constantemente agotado, y no le damos el tiempo para recuperarse, eventualmente los efectos comenzarán a volverse negativos. Descansar después de hacer actividades físicas es tan importante como hacerlas, además, de que tampoco debemos forzar a nuestro cuerpo a hacer repentinamente actividades físicas fuertes que no está acostumbrado a hacer. Si queremos empezar a correr, pero nunca lo hemos hecho, no podemos esperar correr 10 kilómetros en el primer día. Hay que darle tiempo para descansar y para que se adapte.
Maneja tu peso
Una de las mejores maneras de poder comprobar cómo el ejercicio nos está afectando, y nuestra alimentación también, es mediante el chequeo constante de nuestro peso. Si comenzamos a perder o ganar peso de manera rápida, es una señal alarmante de que algo extraño está pasando en nuestro organismo.
Descanso
No es solo importante mantener al cuerpo activo, también es importante saber en qué momento debemos dejarlo reposar, y no solo tras fuertes procesos físicos, sino mentales también. El descanso es parte importante de la vida diaria, y si no lo tomamos en cuenta, podemos llegar a hacernos bastante daño.
Reduce el estrés en tu vida
Como dijimos anteriormente, el descanso mental es importante, y el estrés acumulado puede producir ciertos efectos bastante desagradables en nuestro organismo. Salte de situaciones estresante, haz actividades que te ayuden a redirigir y reducir el estrés en tu vida y aléjate de las personas que te hagan sentir mal y eventualmente tu mente y luego tu cuerpo empezarán a sentirse mejor.
Mejora tus hábitos de descanso
Acostúmbrate a dormir tus 8 horas diarias. Acuérdate de descansar apropiadamente después de hacer ejercicio y no someter constantemente a tu cuerpo a actividades estresantes de manera inmediata y sin preparación. Recuerda que tras hacer algo agotador nuestro cuerpo y mente se encuentran frágiles, y estando frágiles. Poniéndolos a trabajar sin pensar en el descanso adecuado puede hacer que empecemos a crear malestar y efectos negativos en nuestro cuerpo.
Diviértete
Se dice que la risa es la mejor medicina y no es mentira. Mantenernos en situaciones divertidas y motivadoras genera efectos hormonales positivos en nuestro organismo. Ser feliz nos hace saludables, por así decirlo. Date tiempo para salir con tus amistades y para disfrutar de la vida, eventualmente tu sonrisa comenzara a manifestarse en todo tu cuerpo y no solo en tu boca.